Estuve en La Laguna, en la recoleta plaza de Santo Domingo y a pleno sol, para ver la adaptación de la obra de Benito Pérez Galdós, "La loca de la casa", puesta en escena por la compañía Burka Teatro. Me cuentan que es un trabajo por encargo. Que el director elije la obra de Galdós para conmemorar el día de las letras canarias. Mes y medio de tiempo para ofrontar ese reto profesional. Ay... Qué faltita hacía ya un texto de nuestro Galdós por aquí.
Oreja y media y vuelta al ruedo, diría yo. La obrita es un divertimento con todo el despliegue de la parafernalia galdosiana: riqueza de vocabulario, personajes reconocibles por sus virtudes y defectos, detallismo en su máxima expresión, perfecta marcación dramática del esquema "presentación, nudo, clímax, desenlace" y el rigor académico del buen conocedor del oficio teatral. La historia nos cuenta algo tan conocido como la familia burguesa arruinada, dos hijas, el rico indiano que quiere casarse con una de ellas, los contubernios familiares para salvar el clan... Pero la hermana venida a monja es mucha hermana, y el indiano mucho hombre, y pasa lo que pasa...
Con una escenografía mínima pero perfectamente distribuida en el espacio, los movimientos del elenco hacen muy verosímil la mansión burguesa, sus jardines y los amplios terrenos que la delimitan, sin necesidad de recurrir al menor recurso descriptivo. Un gran mérito que no se detenie ahí, porque la adaptación del texto es también muy adecuada, el vestuario brillante por su sobriedad, el trabajo de actores y actrices afectado en su justa medida (excelente interpretación de los dos personajes principales) y una declamación que en todo momento hizo muy comprensible un texto tan exquisito.
Y no le otorgo la otra media oreja, el rabo y los testículos porque encontré la pieza algo falta de ritmo en algunos pasajes, dado el excesivo respeto a los diálogos del escrito original. Eché de menos más tijera y un poco más de "atropellamiento" de unos con otros en el tercer acto, en un increscendo que nos guiara de la mano hacia la apoteosis final. Tal vez con el rodaje las cosas tomen ese aire.
En resumen, un delicioso pastelito de 1892 que mantiene todo su sabor gracias al buen hacer de un grupo de personas con aptitudes y bien coordinadas. Pronto estará rodando por los teatros de las islas. Vayan a verlo, yo pienso volver.
5 comentarios:
Mussho calor, parece mentira que 17 años después de haberse cerrado el Teatro Leal todavía no haya una solución a la falta de espacios teatrales en la ciudad universitaria. No se me ocurren más que exabruptos, y recriminaciones a todos aquellos responsables políticos, técnicos, prensa, etc. que son los culpables de esta situación increíble, inexplicable e injustificable. En fin.
La loca de de la casa de Burka. Teatro, pues muy bien, a pesar del sol, el sonido, y de que está obra es para hacerla en un teatro como Dios manda. Destacaron Arantza Coello y Baltazar Isla con la construcción de dos personajes creíbles. Felicidades y esperemos pronto ver este espectáculo en un teatro
El calor, acompañado de un fuerte sol no fueron molestia para mi, (a pesar de que me haya quemado)ya qe con la maravillosa obra y sus actores con su gran labor, me evadí completamente del exterior!!!
Personalmente, destaco y felicito a Aranza Coello y Baltasar Isla por su gran trabajo una vez más en esta obra. Nunca dejan de sorprender. Para terminar sólo me queda felicitar al equipo! Un abrazo!!!
No estaba mal. Faltaba emoción , era un poco fría. Los mejores papeles una de las hijas que se casó con el hijo de la condesa y la condesa era muy buena.Parecían de la época de verdad. Las más creíbles. El resto bien,un poco artificial .Supongo que en un teatro se verá mejor. Está bien que se hagan obras de P.Galdós. De todas formas, felicidades.
A mí no me gustó , la pareja protagonista gritaba mucho.
Año y medio después de aquél estreno, La loca de la casa se sigue representando en todo el Archipiélago. Sin duda, la obra de Perez Galdós llega como agua de mayo a los amantes del teatro, que somos muchos.
A lo largo de este tiempo, otros actores se han hecho cargo de algunos de los personajes; sin embargo, la beata tía (Elvira Tricás), la hija monja (Arantza Coello) y el indiano (Baltasar Isla) siguen deleitándonos como puntales de este proywecto.
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